LA HUELLA ECOLOGICA



La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos e idealmente también el volumen de aire, necesarios para generar los recursos necesarios y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida, de forma indefinida. La medida puede realizarse a muy diferentes escalas: individuo la huella ecológica de una persona, poblaciones la huella ecológica de una ciudad, de una región, de un país, comunidades la huella ecológica de las sociedades agrícolas, de las sociedades industrializadas, etc. El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, compararlo con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.
La economía de subsistencia pesa poco en términos de huella ecológica.
La ventaja de medir la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar, por ejemplo, las emisiones producidas al transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala.

El análisis Huella ecológica ha sido aplicado a varios niveles, desde la escala global,3 hasta el nivel hogareño.4 En este estudio, el componente huella ecológica de Guernsey ha sido calculado y luego usado como una herramienta para explorar la toma de decisiones. Esto ha sido hecho considerando la huella ecológica de pasajeros de viaje, observando datos sobre series de tiempo y el desarrollo de escenarios.
La aproximación componente base, primero documentada por Simmons y Cambers y luego por Simmons et al. Es un acercamiento diferente a la huella ecológica. En lugar de considerar el consumo de materias primas, este considera el efecto de transporte, energía, agua y desecho. Esta resultó una estructura más simplificada y educativa con mayor significado a nivel regional. Esto es principalmente porque está construido en torno a actividades que las personas pueden razonar y en las cuales ellas participan (tal como la producción de desechos y consumo de electricidad). Simmons y Chambers calcularon la primera serie de algoritmos capaces de convertir “Uso de Recursos” a “Área de Tierra Equivalente”, titulado “Metodología Eco–pionero. En el modelo Componente Base, el valor de la huella ecológica para ciertas actividades son precalculadas usando datos de la región estudiada. Con el acercamiento Wackernagel’s, conocido como la Huella Ecológica Compuesta, seis principales tipos de tierra de espacio productivo son usados: tierra de energía fósil, tierra arable, pastura, forestal, tierra construible y espacio de mar. El acercamiento Compuesto considera la demanda humana sobre cada uno de esos tipos de tierra, para una población dada, donde quiera que esta tierra pueda estar.

Al calcular la huella ecológica es posible conocer la magnitud con que las actividades humanas contribuyen al tamaño total. Es importante recordar que la huella ecológica se refiere, en parte, a la superficie necesaria para absorber los residuos generados, es por ello que la quema de combustibles fósiles figura como la actividad más significativa, tal y como se muestra a continuación:
47.5% Quema de Combustibles Fósiles

22.0% Agricultura
7.6% Madera, Pulpa y Papel.
6.7% Pesca
6.3% Ganadería
3.6% Energía Nuclear
3.6% Asentamientos Urbanos
2.7% Obtención de Leña

La huella ecológica es un indicador desarrollado en 1995, Mathis Wackernagel y William Ress, que nos revela cuál es la cantidad de hectáreas de tierra ecológicamente productiva (cultivos, bosques, ecosistemas) necesaria para producir los recursos que consumimos y para asimilar los residuos que generamos. Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, consecuentemente, su grado de sostenibilidad.Aunque el cálculo de la huella ecológica puede resultar bastante complejo, los diversos métodos de estimación se llevan a cabo mediante el análisis de los recursos que una persona consume (alimentos, transporte, vivienda, bienes y servicios) y los residuos que produce. De acuerdo a esto se ha establecido que  cada persona en el mundo cuenta con 1,8 hectáreas para producir lo que consume. Sin embargo en la actualidad el consumo medio global por habitante es de 2,23 hectáreas, lo cual sumado a los actuales patrones de crecimiento de la población actual deja en evidencia una grave preocupación, pues estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.

Los países con la mayor huella ecológica son Emiratos Árabes, con 11,9 seguido por Estados Unidos con 9,6 hectáreas por persona, dos de los países con mayor ingreso per cápita en el mundo, frente a Somalia y Afganistán con una huella 0,4 y 0,1 respectivamente, lo cual en términos generales permite establecer una relación directa entre el nivel de ingreso de los países y su respectiva huella ecológica.Frente a lo cual Colombia se sitúa en una posición media que se encuentra por debajo de promedio mundial y a su vez por debajo de las capacidades actual del planeta de 1,8 hectáreas por persona. Situación que obedece en gran medida a la situación de pobreza en que viven millones de colombianos con necesidades básicas insatisfechas, situación que contrasta con los patrones de consumo que se observa en las principales ciudades. Entonces, por qué no mejor calcular tu propia huella ecológica para así saber en qué medida estas contribuyendo o afectando en la preservación de nuestro planeta.

Nuestra huella global ahora excede en casi un 30% la capacidad del Planeta para regenerarse. La deforestación la escasez de agua, la decreciente biodiversidad y el cambio climático ponen en creciente riesgo el bienestar y desarrollo de todas las naciones. Si nuestras demandas al Planeta continúan a este ritmo, en el 2035 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestro estilo de vida.
Este indicador te ayudar a identificar como tus acciones tienen un impacto sobre el planeta y cuales son los cambios que debes llevar a cabo para disminuirla.
La huella ecológica funciona a través de una medición que hace un cálculo según los hábitos que usted tiene en su estilo de vida. Cada comportamiento evaluado obtiene un puntaje, el cual al ser sumado con los obtenidos en las demás preguntas genera un resultado equivalente a su huella ecológica.
Este resultado determina si está usted en sintonía con el promedio de consumo sostenible y si no le indicará cuánto está gastando de más y en qué puede mejorar.


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